Paraguay De Fiesta con Los Black Eyed Peas

Íconos de una generación. Subieron al escenario poco después de las 23 y se bajaron casi dos horas más tarde. Es su anteúltimo show juntos, en lo que no se cansaron de repetir es una separación temporal y no definitiva. Los fans contentos.

Si algo tiene el pop moderno, electrónico, es similitud. Que se nota apenas arranca. Las luces se apagan y el beat de "Rock That Body" teletransporta a alguna melodía del mítico Robot Rock de los Daft Punk, basada obviamente ya en otra canción, "Release the Beast", de Breakwater. Pero esto no es París, ni tampoco es 1980. Es 2011 y es en Asunción donde no hay tiempo para pensar pero si para bailar.

El comienzo no es solo apabullante musicalmente. Fergie despliega sensualidad y hace gala de probablemente la mejor cualidad artística del grupo, el contralto en cada canción que pueda.

Los años no pasan en vano, pero la espera de los fanáticos tiene premio. Un "mbaeichapa Paraguay" rompe lo poco que quedaba del hielo tras el despliegue vocal de la rubia en "Meet Me Halfway".

No hay tiempo ni para respirar. Las luces y los colores parecen robarse el oxígeno entre canciones. Que lo digan las decenas de personas ayudadas por los bomberos tras desmayos y desvanecimientos. Un piano aparece en escena y el cerebro musical de Black Eyed Peas, Will.i.Am quiere también demostrar su parte. Nada mejor que "Just Can't Get Enough" para ello.

Pero es obvio. El público, a pesar del Switcha!, aún no tiene suficiente con eso y la marcha no se detiene. "Imma Be" le pone ritmos más hiphoperos a la noche en la que más de uno debe entender, que lo mejor que hicieron los Black Eyed Peas fue sumar a Stacy Ann Ferguson para el exitoso álbum Elephunk del 2003 con el que ganaron fama mundial. Tiene 36 años pero bien llevados, incluyendo un álbum solista y participaciones en la pantalla grande y otros emprendimientos.

Fergie se roba el show. Y ahí es donde aparece Jaime Luis Gómez. Taboo es de ascendencia mexicana y corre con ventaja. Su rústico español lo pone por delante en lo que marca el aplausometro o más básico, el griterio general ante cada palabra. "Gracias a Dios estamos aquí. Orgulloso de ser latino", dice para el delirio colectivo.

De nuevo, Will.I.Am. Excepto por el repetido "¿Qué pasa?", la improvisación es poca, pero la efectividad es plena. Freestyle rapero como los de antes. Todo el vestuario extravagante, todo el show de luces queda detrás cuando el oriundo de Los Angeles muestra su faceta más profunda.

¿Nombramos poco a Apl.de.Ap? Sí, pero no porque su aporte no sea útil, sino porque el filipino complementa y no anda con muchas vueltas. Vuelca todos sus recursos a explotar su velocidad al cantar. Este descendiente de afrofilipinos de 37 años, tiene ya dos décadas haciendo esto. No tiene nada que demostrar.

Antes de pasar al "espectáculo de mediotiempo", hay tiempo para volver atrás. A 1998 precisamente, a "Joints & Jam". Desconocida canción para muchos de los presentes, pero que permite a estos estadounidenses reexplorar sus raíces.

Fiesta electrónica

"Mi español no muy bien" dice Will.I.Am antes de aclarar que canta con el corazón...y con el apoyo de la tecnología. El autotune es una herramienta que se nota hasta en el diálogo con el público. Ni en ese momento desentona. Pero no es a lo que se va a dedicar. Por varios minutos el Jockey es una pista de baile gigante.

Se pone en marcha una fiesta electrónica que no tiene porqué detenerse. A "Don't Stop The Party", le sigue la presentación de la más shakiresca versión de Fergie en la apertura de "Don't Funk with My Heart". "My humps", para mostrar un poco más y así sigue la noche.

Se permiten jugar con el público totalmente entregado, como en esas rondas barriales de hiphoperos prodigios. Verdaderos MC's en escena.

El vestuario fluorescente desaparecerá por unos minutos. Así como Taboo en las filas delanteras al mejor estilo de un rockstar. El grupo de bailarines también pasa a un segundo plano. Fergie, de nuevo, capta todos los flashes con un vestido rosado con luces, casi de muñeca barbie y el brillante acompañamiento musical en una guitarra acústica para dar su mejor performance.

Se desvanece la esbelta figura con la bandera paraguaya ondeando en sus manos. La oscuridad gana minutos y Will.i.Am se pega el lujo de cantar sobre sí mismo. Es DJ y le agrega su particular toque a las canciones que selecciona.

El final rockero, es lo mejor que pasó en la noche, para muchos novios acompañantes. Pasan Song 2 de Blur, Otherside de los Red Hot Chili Peppers y hasta se anima a un Smells Like Teen Spirit de Nirvana, mientras los baños se van llenando de primorosas señoritas con silicona y de anabólicos galanes de camisas a cuadros.

La pausa posterior da tiempo para reflexionar. Con LMFAO en pantalla y su "Party Rock Anthem" no hay de otra, si es que quedan neuronas en buen estado. El Jockey vivió este año de grandes espectáculos y todavía no termina, queda metal y rock en español pendiente. Todos los días ese lugar baraja opciones distintas.

El lapso fue suficiente para que Fergie hasta se planche el pelo. "Boom Boom Pow" y a cobrar. Se toman un tiempo de agradecer a fans que vinieron de Colombia, Chile y Argentina, por donde
no pasarán por un buen tiempo y los suben al futurista escenario.

Es el mejor momento de las respectivas vidas de estos artistas y van coronando un show con "The Time", reversionando a Bill Medley y Jennifer Warnes con un bit un poco más 'sucio'. "Son rumores, chismes baratos", dice Taboo sobre la inminente separación de la banda. "Somos una familia", insiste. Una familia que se tomará un tiempo.

"I Gotta Feeling", sirve ya para preparar la despedida antes de un virtuosismo casi mágico en batería. Es que al fin y al cabo, música no se puede hacer solamente con ayuda de plataformas tecnológicas. ¿Y dónde está el amor para con esta banda? Está en la gente que los sigue y que sacia con ellos su necesidad musical. La medida justa entre show y arte.

Black Eyed Peas es un producto exitoso, irrefutablemente. Pensado desde la esencia hasta el más mínimo detalle como un elemento sugerible, promocionable y comercializable a una amplia franja etárea. El sueño de Benneton hecho realidad, como alguna vez fueron definidos. La variedad y pluralidad del grupo les da una característica distinguible y explotable. Habrá que ver como volverán cuando decidan retornar como banda. Habrá que ver si deciden en algún momento volver a pisar estas tierras.

Alegría plena para quienes presenciaron un show único e irrepetible. La noche fue anoche y nunca volverá a ser así. Los que lo disfrutaron, con ganas lo podrán admitir, los demás simplemente decir sí.

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